Dolor de espalda
El dolor de espalda
es una de las razones más comunes por las que las personas acuden al médico, al fisioterapeuta o faltan al trabajo, y una de las causas principales de discapacidad en el mundo.
Por suerte, puedes tomar medidas para prevenir o aliviar la mayoría de los episodios de dolor de espalda. Si la prevención falla, un tratamiento de fisioterapia
y/o osteopatía
y una mecánica corporal adecuada
a menudo curarán tu espalda en unas pocas semanas y la mantendrán funcional.

- Persiste después de un par de semanas.
- Es intenso y no mejora con el descanso.
- Se extiende a una o ambas piernas, especialmente si se prolonga por debajo de la rodilla.
- Provoca debilidad, entumecimiento u hormigueo en una o ambas piernas.
- Está acompañado de pérdida de peso sin causa aparente.
- Ocasiona problemas de vejiga o intestino nuevos.
- Está acompañado por fiebre.
- Aparece después de una caída, un golpe en la espalda u otra lesión.
- Edad. El dolor de espalda es más común a medida que envejeces, a partir de los 30 o 40 años.
- Falta de ejercicio. Los músculos débiles y no utilizados de la espalda y el abdomen pueden provocar dolor de espalda.
- Sobrepeso. El exceso de peso corporal representa una sobrecarga para la espalda.
- Enfermedades. Algunos tipos de enfermedades autoinmunes y cáncer pueden contribuir al dolor de espalda.
- Levantar objetos de forma inadecuada. Cuando usas la espalda en lugar de las piernas puedes tener dolor de espalda.
- Trastornos psicológicos. Las personas propensas a la depresión y la ansiedad parecen tener un mayor riesgo de padecer dolor de espalda.
Para evitar el dolor de espalda o prevenir su recurrencia, podrías mejorar tu condición física y aprender la mecánica corporal adecuada y practicarla.
Incluso, para mantener tu espalda fuerte y saludable, puedes probar lo siguiente:
- Hacer ejercicio. Es posible que las actividades aeróbicas regulares de bajo impacto, aquellas que no tensan ni fuerzan la espalda, aumenten la resistencia y fortaleza de la espalda y permitan que los músculos funcionen mejor. Caminar y nadar son buenas opciones. Conversa con tu fisioterapeuta acerca de las actividades que puedes probar.
- Desarrollar fuerza y flexibilidad muscular. Los ejercicios para los músculos del abdomen y de la espalda, que fortalecen el tronco del cuerpo, ayudan a desarrollar estos músculos para que funcionen como una faja natural para tu espalda.
- Mantener un peso saludable. El sobrepeso ejerce presión sobre los músculos de la espalda. Si tienes sobrepeso, adelgazar puede prevenir el dolor de espalda.
- Evita los movimientos de rotación o presión sobre tu espalda. Usa tu cuerpo adecuadamente:
- Párate bien. No te encorves. Conserva una posición pélvica neutral. Si debes permanecer parado durante mucho tiempo, coloca un pie sobre un reposapiés bajo para quitar un poco de peso de la espalda lumbar. Alterna los pies. Una buena postura puede reducir la tensión sobre los músculos de la espalda.
- Siéntate bien. Elige un asiento que tenga buen apoyo para la espalda lumbar, apoyabrazos y una base giratoria. Para conservar su curvatura normal, coloca un almohadón o una toalla enrollada en la zona lumbar de la espalda. Mantén las rodillas y las caderas al mismo nivel. Cambia tu posición con frecuencia, como mínimo cada media hora.
- Levanta peso de manera inteligente. En lo posible, evita levantar objetos pesados, pero si debes hacerlo, hazlo de tal modo que la fuerza la hagan las piernas. Mantén la espalda recta, no encorvada, y flexiona solo las rodillas. Coloca el objeto cerca del cuerpo. Si el objeto es pesado o te resulta incómodo levantarlo, busca a alguien que te ayude.
Para mantener una espalda saludable puedes optar por múltiples tratamientos. En nuestra clínica te ofrecemos los siguientes:
1. Fisioterapia. Un fisioterapeuta puede enseñarte ejercicios para aumentar tu flexibilidad, fortalecer la espalda y los músculos abdominales y mejorar tu postura. El uso regular de estas técnicas puede ayudar a evitar que el dolor regrese. Los fisioterapeutas también te enseñarán cómo modificar tus movimientos durante un episodio de dolor de espalda para evitar síntomas de dolor exacerbado mientras continúa activo.
2. Osteopatía. Un osteópata manipula la espina para aliviar el dolor
3. Terapia manual. Si el dolor de espalda se debe a músculos tensos o sobrecargados, los masajes podrían ayudar
4. Pilates y yoga. Hay varios tipos de disciplina amplia que supone practicar poses o posturas específicas, ejercicios de respiración y técnicas de relajación. Con el yoga y el pilates podrás estirar y fortalecer los músculos y mejorar la postura, aunque, dependiendo de tus síntomas, es posible que debamos modificar algunos de los ejercicios.








